El domingo se celebra el Día de la Mujer, y en Jaleo Madrid estamos bastante concienciados sobre esta cuestión. En nuestra cooperativa, las mujeres suponen más de un 50%. Además, estamos ante una disciplina que es ejercida habitualmente por mujeres y en un ámbito, en el del idioma, en el que nos podemos encontrar con micromachismos. Aunque no solamente en el lenguaje.
Una de las cosas que no nos gusta en el aula de ELE es la perpetuación del estereotipo. En nuestra profesión estamos muy habituados a trabajar con tarjetas. Hace unos meses nos llegaron unas de profesiones, antes de abrir el paquete, ya intuíamos que nos íbamos a encontrar con enfermera y médico... uno de los estereotipos más manidos en las profesiones. Afortunadamente, en el panorama de los manuales de español nos encontramos cada vez menos con este tópico machista, al igual que están desapareciendo tantos de otras índoles.
En el mundo de los materiales creemos que es muy conveniente la adecuación que se va haciendo poco a poco. Por este motivo es importante que no nos quedemos anclados en manuales anticuados por muy cómodos que nos resulten. También podemos crear o transformar algunos de nuestros materiales para adaptarlos al mundo real y evitar ese tufillo a rancio. Estamos transmitiendo un mensaje a través de un instrumento que puede manipularse y convertirse en una herramienta para la igualdad, o en un arma para el machismo.
Otra de las cosas que nos pone nerviosos en clase es la búsqueda de alguna palabra en la RAE. Nos entran escalofríos cuando el estudiante o nosotros mismos nos encontramos con alguna definición no muy adecuada que destila cierto machismo trasnochado. Por ejemplo: "cocinillas es un hombre que se entromete en las tareas domésticas, especialmente en la cocina", "sexo débil es el conjunto de mujeres" o "sexo fuerte, el conjunto de hombres".
El lenguaje machista no va sólo en la forma, sino especialmente en la temática. Por eso aplaudimos que se lleve el Día de la Mujer al aula, o en el caso de que se haga una huelga feminista, que se expliquen los motivos que nos obligan a no asistir al aula, para ello podemos llevar algún artículo de periódico o vídeo a clase.
En definitiva, nos queda otro añito en el que no hay que bajar los brazos a pesar de los avances. Siempre tenemos que tener la guardia arriba. El español no es una lengua machista, pero está en nuestras manos que nuestros estudiantes reciban la versión más feminista. ¡Feliz Día de la Mujer!