El ciclo vital del expatriado: Qué esperar al trasladarse al extranjero
La pasión por viajar puede ser algo maravilloso. Nos impulsa a buscar nuevas aventuras y nos saca de nuestra zona de confort. Todo esto es muy emocionante sobre el papel, pero dar el salto y mudarse a otro país no es una decisión que deba tomarse precipitadamente. Si estás pensando en mudarte al extranjero o has tomado recientemente la decisión de hacerlo, probablemente habrás leído algunos blogs o hablado con algunos amigos para que te tranquilicen. La mayoría hará hincapié en la importancia viajar siendo joven y todos tenemos ese amigo al que le encanta contar historias de ese verano en el extranjero con gafas de color de rosa. Yo soy una de esas personas que anima a cualquiera a irse al extranjero, pero es importante prepararse para lo que viene después de aterrizar en tu nuevo hogar lejos de casa.
Lo que la mayoría de las discusiones sobre mudarse al extranjero suelen dejar de lado es el ciclo emocional de altibajos que casi todos los expatriados experimentan al llegar a un nuevo país. Incluso tiene un nombre, "El ciclo vital de adaptación del expatriado" o más sencillamente "Ciclo de vida del expatriado". Como expatriado con más de 5 años viviendo en Madrid, España, lo he vivido en mis propias carnes y he visto cómo se cobraba muchas víctimas por el camino. Entonces, ¿qué es exactamente el "ciclo de vida del expatriado"?
1. La fase de preparación: La emoción se une a la ansiedad
La fase de preparación se caracteriza por una mezcla de emoción y ansiedad. A medida que se acerca la fecha de partida, su estado emocional se acentúa. La anticipación de una nueva aventura puede ser estimulante, pero también hay mucho que organizar antes de partir. Desde hacer la maleta hasta finalizar el papeleo, la lista de comprobación previa a la mudanza puede parecer desalentadora. Afortunadamente, su motivación para iniciar este nuevo capítulo le hará seguir adelante, a pesar del torbellino de tareas que tiene entre manos.
2. La fase de luna de miel: Comienzos felices
Una vez que llegas, empieza la fase de luna de miel. Los primeros meses en el nuevo país suelen parecer un sueño. Todo es nuevo y emocionante, desde descubrir la cocina local hasta explorar nuevos barrios. Este periodo está marcado por una sensación de euforia y asombro. Aunque es posible que se encuentre con pequeñas dificultades, éstas quedan fácilmente eclipsadas por la emoción de su nuevo entorno. La fase de luna de miel es una época de indulgencia y exploración, y da la sensación de que podría durar para siempre.
3. La fase de choque cultural: La realidad se impone
La fase de choque cultural, que suele producirse entre los tres y los seis meses de estancia, es el momento en que la emoción inicial empieza a desaparecer y la realidad se impone. El brillo de la fase de luna de miel se desvanece y es posible que te encuentres lidiando con limitaciones presupuestariasLas barreras de comunicación y una sensación general de incomodidad. La novedad que antes resultaba estimulante ahora puede parecer abrumadora. Esta fase puede ser difícil y es en la que muchas personas se plantean volver a casa. Sin embargo, es importante recordar que esta etapa es temporal y que la perseverancia es la clave.
4. La fase de adaptación: Encontrar el equilibrio
Una vez superada la fase de choque cultural, comienza la fase de adaptación. Las cosas empiezan a parecer más manejables y las dificultades de los primeros meses empiezan a disminuir. Tus conocimientos lingüísticos mejoran, lo que te permite una mejor comunicación y una conexión más profunda con tu nuevo entorno. Con más confianza en ti mismo y una sensación de logro, empiezas a asentarte en tu nueva vida y a aceptar tu papel en la comunidad.
5. La fase de repatriación: Choque cultural inverso
Por último, la fase de repatriación, o choque cultural inverso, puede ser una mezcla de emociones cuando su estancia en el extranjero llega a su fin. El regreso a casa puede traer la alegría de reencontrarse con amigos y familiares, pero también puede ir acompañado de tristeza al despedirse de la vida que ha construido en el extranjero. La transición de vuelta a su país de origen puede ser tan difícil como la mudanza al extranjero, ya que requiere adaptarse a un entorno familiar que ahora se siente diferente.
Aprender idiomas para vivir la experiencia de la expatriación
Independientemente de los motivos que le hayan llevado a trasladarse al extranjero -trabajo, estudios o aventura-, la clave de una buena experiencia como expatriado es sumergirse en la cultura local. En Madrid, esto significa invertir tiempo en aprender español. En Jaleo Madrid, nuestras clases de español están diseñadas para ayudarte a superar la fase de "choque cultural" y acelerar tu viaje hacia la "adaptación". Centrándonos en las habilidades lingüísticas prácticas y en la integración cultural, nuestro objetivo es hacer que tu transición sea lo más suave y gratificante posible. Más información nuestras clases de español y descubre cómo #spanish4life puede marcar la diferencia en tu aventura como expatriado.
Tanto si acabas de empezar tu viaje como si ya estás atravesando los altibajos de la vida en el extranjero, comprender el ciclo vital del expatriado puede ayudarte a gestionar tus expectativas y a disfrutar de la experiencia. ¡Feliz viaje!