Parece mentira, pero ya ha llegado de nuevo el 23 de abril, el Día del Libro. En este blog ya os hemos hablado muchas veces de lecturas necesarias tanto para estudiantes, como para profesores. Hoy volvemos a aprovechar este día para repasar algunas acciones que nos ayudarán cuando usamos un libro de lectura para mejorar nuestro aprendizaje de idiomas.
Por supuesto, ni son obligatorias, ni son las únicas. Siempre estamos hablando desde nuestra experiencia como estudiantes de idiomas, de nuestros conocimientos como profes y desde lo que nos han contado nuestros estudiantes.
- Subrayar lo que entiendes: Sí, sí. Como lo lees. A veces pensamos que la opción de subrayar lo que no entendemos y buscarlo en el diccionario es la única… Aunque encontrarse con una página llena de palabras subrayadas para buscar puede ser muy frustrante. Sin embargo, ver el 95% de una página subrayada puede ayudarte a que te frustres menos y, lo más importante, identificar el significado del 5% aislado por tu propia cuenta. Sin tener que abusar del diccionario.
- Subrayar lo que no entiendes: Si tienes superado el punto anterior, siempre puedes recurrir a la opción clásica. Sin embargo, conviene no buscar todas las palabras – tenemos que intentar deducir el significado -, y también es necesario que tengas un cuaderno a mano. Si escribes la palabra buscada y un ejemplo, tu mente estará trabajando mejor y aprenderás más rápido. Al final ese es el objetivo de la lectura.
- Más vale lo malo conocido: Recuerda que estás leyendo para mejorar tu comprensión del idioma. Por este motivo, una buena idea es que leas algo que ya conozcas en tu idioma materno. De este modo, al conocer la historia, podrías concentrarte en el idioma. Así facilitaremos la tarea a nuestro cerebro, que sólo tendrá que concentrarse en un objetivo: aprender el idioma.
- No ser demasiado ambicioso: Muchos de nuestros estudiantes quieren leer Cien años de soledad cuando están en B1. O cuando nos piden consejos, siempre nos hablan de clásicos en español. Esta idea es muy mala a no ser que estés en un nivel muy alto. A lo mejor vamos a tener que bajarnos de nuestra atalaya de lector para bajar al barro del aprendizaje de idiomas. Si tienes que leer un libro juvenil, no te sientas frustrado.
- Lecturas paralelas: Antes de pasar de los juveniles a los clásicos, conviene que hagamos un paso intermedio. De este modo, puedes comprarte un libro en tu idioma materno y en el que estés aprendiendo. Así podrás compaginar la lectura de un capítulo primero en tu lengua y después en tu lengua meta. Aprender te resultará más fácil si comparas los dos idiomas.
Si quieres hablar de libros con nosotros, te esperamos en nuestras clases de español. Y si tienes algún consejo extra que dar, no dudes en comentarlo en nuestras redes sociales. ¡Feliz Día del Libro!